Apunte previo. La próxima semana estará disponible la tesis de inversión del mes de octubre: Atrys Health. La compañía presentó resultados semestrales este viernes. Constituye una de las mejores oportunidades de inversión en el sector salud, si es que no es la mejor, y ha demostrado tener una gran capacidad para innovar e incorporar compañías desde su salida a bolsa.
De igual manera están disponibles las 3 últimas tesis en Tier 1 Technology, Netex Knowledge y Parlem Telecom. Todas ellas, fabulosas compañías en las que tomar posición si encaja dentro del perfil de cartera.
Los tipos de interés son un elemento axiomático de la economía. Todo lo pueden. Suelen pasar desapercibidos para muchos, que no entienden que el valor de las cosas no depende únicamente del coste bruto de producirlas sino también del precio de financiarlas.
La demanda es la clave para determinar el precio de los activos. Y es aquí donde el impacto de los tipos de interés en el coste de la deuda incide directamente. Cuanto más caro es endeudarse, más presión a la baja hay en la demanda y más se hunde el precio de los activos. Los actores de la economía que operan sin endeudarse pueden contarse con los dedos de las manos. La deuda crónica en empresas y familias es una realidad que no puede ignorarse. ¿Cuántos actores económicos tienen sus cuentas saneadas y pueden afirmar que el coste de la deuda no les ocasionará una pérdida de márgenes netos en los próximos meses o años?
La deuda no ha dejado de crecer desde la ruptura con el patrón oro en los años 70, cuando EEUU necesitó desligar al dólar de sus reservas de oro tras el coste presupuestario extraordinario que suponía la Guerra de Vietnam, y ha llegado a niveles exorbitantes sólo vistos en algunos países en el período que sucedió a la Segunda Guerra Mundial. El endeudamiento crónico de nuestras sociedades, especialmente en empresas y hogares, es la espada de Damocles sobre la que podemos afirmar con seguridad que caerá pero no el momento exacto en que lo hará.
Los bancos centrales eligieron facilitar el acceso al crédito después de la burbuja financiera de 2008 (que era también la causa) y continuaron haciéndolo durante la pandemia de 2020. Tras años de dinero fácil, empresas, familias y gobiernos se han acomodado en un contexto en el que para seguir manteniendo la infraestructura de costes creada hay que seguir solicitando más y más deuda. Tanto es así que tras la subida de tipos de interés por parte de los bancos centrales los gobiernos han seguido incurriendo en déficit sin ningún rubor. Año tras año, renovación tras renovación de los vencimientos de deuda, los costes financieros serán mayores. Y nada es para siempre. Es inevitable un colapso sistémico, que, insisto, no sabemos cuándo sucederá pero, que nadie dude, ha de llegar.
Las monedas fiat no son ningún refugio. La inflación no es la consecuencia del encarecimiento del coste de producción de los bienes y servicios sino de la pérdida de valor de la moneda. Tu dinero cada día vale menos porque cada día hay más en circulación, acumularlo en tu cuenta bancaria es inútil y peligroso. Lo único sensato que puedes hacer con él es invertirlo en activos que hayan permanecido al margen del proceso inflacionario. Y si no quieres recurrir a la inversión, mejor gástatelo en bienes duraderos, en formación, en salud o en gratificación instantánea antes que ahorrarlo sólo para ver como desaparece tu poder de compra en unos años.
Me encanta poner el mercado inmobiliario sobre la mesa cuando se habla de inflación de activos como consecuencia de la facilitación del crédito. Es un mercado muy sensible a la política monetaria: cuando los créditos hipotecarios están a tasas bajas los compradores están dispuestos a pagar más por sus inmuebles, puesto que su coste financiero mensual es menor que cuando están más altas. Esto provoca un efecto inflacionario en los precios ya que familias, que en un entorno normalizado de tasas, no podrían acceder a vivienda de propiedad sí logran hacerlo. Quizá sólo las criptomonedas, por razones no monetarias, hayan superado a los inmuebles en los últimos años en cuanto a crecimiento de los precios. Estas dos últimas décadas inflación de los activos inmobiliarios ha sido muy superior a la inflación general.
China es un buen ejemplo de cómo la inflación provocada por políticas monetarias laxas destruye riqueza al alimentar la confección de burbujas y detrayendo recursos para la economía productiva. La democratización del mercado y la universalización del crédito ha impedido las crisis deflacionarias por sobreproducción y fomentado las burbujas inflacionarias. Curioso, como poco.
La subida en los tipos de interés supone la inevitabilidad de una crisis larga tras el estallido de múltiples burbujas en una economía cimentada en el endeudamiento descontrolado donde hogares y empresas han actuado sin considerar los riesgos de elevados apalancamientos financieros propios de un contexto anómalo. Es por ese motivo que alejarse de REIT y empresas con altos niveles de deuda es lo aconsejable en estos momentos. En caso de invertir en ellas hay que conocer bien qué tipología de deuda es, en qué se ha empleado y cuáles serán los retornos reales.
Hasta pronto,
Va de Baggers